Decidí tener a Rubi como mi doula porque sentí una conexión y confianza desde el momento en que la conocí, y era fundamental contar con alguien que hablara español, comprendiera mis necesidades y me hiciera sentir realmente acompañada. Desde nuestras primeras sesiones, Rubi nos hizo sentir completamente escuchados y guiados con sensibilidad y respeto. Cada encuentro fue un espacio seguro donde pude expresar mis miedos y sentirme validada. Las herramientas que nos enseñaron fueron fundamentales para prepararnos, y su calma fue clave incluso cuando las cosas no salieron como planeamos, haciendo de mi cesárea una experiencia muy positiva. Su apoyo en español y la tranquilidad que transmitía, como una amiga, hicieron de su guía algo invaluable.